Al celebrar la Fiesta de nuestra madre Santa Clara de Asís, no solo viene a mi mente un profundo agradecimiento por el don maravilloso del carisma vivido y compartido, sino que llega a mi interior el deseo de seguir haciendo partícipe al mundo de hoy la frescura y la necesidad de continuar viviendo el Evangelio con las intuiciones y modalidades que Clara y Francisco de Asís recibieron de Dios e imprimieron en la familia franciscano-clariana. ¿Cómo contemplar a través de Clara el rostro de Jesucristo y traducir en un lenguaje actualizado los valores fundamentales de este particular modo de vivir el Evangelio? Contemplar, alegrarnos y agradecer con la vida al Dios que nos ofrece tantas maravillas en la cotidianidad de nuestras vidas. Ese, a mi modo de ver, fue el motor que impulsó a Clara a dejar su vida acomodada para servir a Dios que se manifiesta en los más pobres y abandonados” El hermano Heribert Roggen, OFM se refiere a la vivencia espiritua...